DIÁLOGOS DE PANCRACIO 55-
MILITARES EN LA HABANA
Pancracio.- Como te parece
la bulla que hacen los Uribistas por la visita de militares activos a la mesa
de negociación en Cuba.
Juan Gárgaras.- Eso me suena
a politiquería barata.
Pancracio.- Fíjate que los
miembros del llamado “Centro Democrático”, repiten como loros lo que trina el
jefe, por ejemplo: que es humillante que los militares activos se entrevisten
con los jefes guerrilleros.
Juan Gárgaras.- Hermano, eso
si es una soberana tontería, si puede dialogar el Jefe de Estado que al mismo
tiempo es jefe de las fuerzas armadas, cual es la razón para que los
subalternos no puedan exponer sus puntos de vista en el conflicto?.
Pancracio.- Pues si,
solamente un miope sectario no puede ver lo que todo el mundo ve. Mira que esas
viejas privilegiadas que escriben en el tiempo, Salud Hernández y María Isabel
Rueda, argumentan que los combatientes del ejército y la Policía, que arriesgan
todo el tiempo sus vidas, que conocen al enemigo, no pueden aportar sus
conocimientos, pero no dicen nada de que los ex comandantes del ejército, Moral
Rangel, y de la Policía Nacional, Roso José Serrano, quienes patrióticamente,
sin egoísmos, contribuyen con sus valiosas
ideas al fin del conflicto.
Juan Gárgaras.- Es que los
argumentos de esas señoras encopetadas para desacreditar la participación de
los miembros de la fuerza pública, son falaces, se nota que no conocen la
historia. Lo primero que tienen que leer es el final de la guerra de
independencia de nuestra patria, que se acordó entre dos militares activos, Simón
Bolívar y Pablo Morillo; igual sucedió con
el fin de la segunda guerra mundial donde se involucraron activamente los
generales Marchal y Mac Arthur, quienes dirigieron las operaciones contra los
Nazis, y así ha sido en todos los conflictos armados.
Pancracio.- Y entonces
porqué esa inquina contra el proceso de paz?
Juan Gárgaras.- Ahora con lo
que está diciendo el Hacker Sepulveda, no me queda la menor duda de que
Zurriaga y todos sus amigotes, hoy parlamentarios, basaron toda su estrategia política
en desacreditar el proceso de paz, y de paso llevarse en los cachos al mismísimo
Presidente de la República.
Pancracio.- Pueden más las
malsanas ambiciones que albergan en sus egos, que la suerte del País.
Juan Gárgaras.- Así es,
compadre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario